Albert y Laia hicieron de su boda un gran teatro, donde sus invitados formaban parte y participaban de un gran espectáculo. Y esque Albert es director de una compañía de teatro y Laia… es una farandulera, así que la boda no odia ser de otra manera.
Cada detalle estaba pensado al milímetro. La ceremonia, como si fuera un cabaret, donde los invitados se sentaban en pequeñas mesitas para gozar de la función, con cava y snaks de Monchos catering, el ceremoniante, uno de los mejores amigos de la pareja, deleitó a los invitados con un «show» divertidísimo a la par que emotivo, dando paso a las intervenciones de familiares y amigos con una destreza e ingenio, que recordaré toda la vida. Yo lo disfruté muchísimo… imaginaros ellos.
Aquí puedes encontrar nuestras tarifas aunque siempre es mejor que vengáis un día al estudio y me contéis como os imagináis vuestro día así que: